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Hace pocos días tuve una conversación muy interesante con uno de mis hijos sobre la sinceridad. Ya os podéis imaginar el detonante: nos había mentido.

La experiencia me dice que estos detonantes negativos pueden convertirse en excelentes oportunidades para educar, así que me puse en marcha rápidamente para intentarlo. Creo que hacerlo rápidamente es importante, porque necesitamos recordar muy bien lo que ha pasado y, sobre todo, cómo nos hemos sentido. Pero rápidamente no significa inmediatamente. Conviene dejar un tiempo para enfriar los primeros sentimientos tras descubrir la mentira. La oportunidad se aprovecha si se busca un momento idóneo para hablar: los dos tranquilos, con tiempo suficiente, sin prisas.

La generosidad es uno de los valores más codiciados y deseados por los padres para ver crecer en sus hijos. Las sociedades desarrolladas conducen a la competencia desmedida, al valor de lo material, la insolidaridad y el egoísmo  El gesto de compartir con los demás, es un preciado hábito que debemos fomentar en nuestros hijos para que se convierta en una virtud cuando de forma natural se den a los demás.

He buscado en Google este refrán y me aparecen ¡¡111.000 entradas!!

Trasmitir a nuestros hijos nuestros valores y creencias con convicción, son cimientos de moralidad que les ayudan a formar su personalidad y carácter.

Nuestro ejemplo influye decisivamente en su educación. Si actuamos con libertad y responsabilidad al expresar y trasmitirles nuestras ideas y creencias, conseguiremos que sean libres y responsables de las suyas, no dejándose llevar por la corriente de lo "socialmente aceptado".

Es maravilloso ver cómo los niños crecen y cómo pueden llegar a darnos lecciones con su sinceridad y sencillez. Ale, mi hija, con tan sólo 9 años dejó ayer esta historia para todos los creyentes:

Papá ¿existen los Reyes Magos?... es una pregunta que a todos los padres nos preocupa de una u otra forma, y más aún si no hemos preparado con antelación la forma en la que podemos influir para que nuestro hijo salte de la inocencia de su infancia al mundo real de los adultos.

Lamentablemente, esta situación está ocurriendo en los últimos años con mucha frecuencia. Nadie puede estar satisfecho con ello. 

Ahora bien, cuando en nuestra vida nos encontramos en esta difícil circunstancia, se abre una oportunidad: estar más con los nuestros.

En el post anterior, mejorar en los estudios (1ª parte), se comentaron algunos aspectos esenciales sobre la necesidad de conocer bien a nuestros hijos como base fundamental para poder encontrar las motivaciones que les ayuden a estudiar, a crecer en virtudes y en definitiva a actuar con voluntad propia y con resposabilidad.

Las calificaciones en los estudios son uno de los elementos en los que los adultos nos fijamos más para evaluar si un chico va bien o va mal en su vida, consecuencia seguramente de todos las virtudes que suelen ir acompañando a los éxitos académicos: esfuerzo, orden, concentración, superación, autoestima...

Este fin de semana he tenido ocasión de acompañar a mis hijos a sus respectivos partidos. Uno juega a rugby y el otro a baloncesto.

En el partido de rugby me vi forzada a cambiar de grada ante los gritos y palabrotas continuos de un padre. Mi hija de 6 años me miraba asustada ante lo que estaba presenciando.

En el partido de baloncesto, el árbitro, ante el impresentable comportamiento de los padres de uno de los equipos, decidió expulsar a todos de las gradas.

Te invito a poner en práctica algunas frases cortas que mejorarán sin duda la comunicación en tu familia. Trabajar la inteligencia emocional nos ayuda a ser mejores personas y a encontrarnos con aquello que quizás no buscamos.

Una educación diferente para padres 2.0. Así se presenta el primer post de este Blog. Un Blog con el propósito de ser un referente de la educación familiar y de las tecnologías informáticas a su servicio.