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Existe un cuento tradicional chino que nos puede ayudar a reflexionar con nuestros hijos sobre la Sinceridad. Os lo resumo a continuación, aunque os recomiendo que tengáis en casa una versión en papel. Se lo regalaron a mi hija en su 5º cumpleaños y es uno de sus favoritos: DEMI, "La maceta vacía". 1990. Editorial Juventud

Este es el cuento:

Hubo una vez un emperador que no tenía hijos. Llegado el momento de buscar heredero, decidió convocar a los jóvenes del país. 

El emperador, aficionado a la jardinería, pensó en un modo muy original para seleccionar al heredero. Cuando acudieron todos los jóvenes a palacio, les dijo:


- Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido, y quien traiga la planta más hermosa, será mi heredero.

Así se hizo. Hubo un joven al que le encantaba la jardinería, como al emperador. Plantó su semilla, pero no logró germinarla. Mientras tanto, todos los demás jóvenes comentaban cómo iban creciendo sus hermosísimas y exóticas plantas.

El joven estaba muy triste, pues su semilla nunca germinó.

Pasados los seis meses, el joven no quería ir al palacio, avergonzado de su fracaso. Pero  su madre insistía en que debía ir, pues era un participante y debía estar allí al haber aceptado en su día la semilla del emperador. 

Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló último hacia el palacio con su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo se rieron y se burlaron de él.

En ese momento entró el emperador y terminó el alboroto. Todos hicieron su reverencia mientras el emperador se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas. 

Finalizada la inspección hizo llamar al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción. El rey dijo entonces: 

- Éste es el nuevo heredero del trono. Todos los jóvenes recibieron una semilla estéril y todos trataron de engañarme plantando otras semillas, pero


este joven tuvo el coraje de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, leal y valiente, cualidades que un futuro emperador debe tener y que nuestro país merece".

No está bien etiquetar a nuestros hijos, pero puestos a etiquetar, no me importaría que de mis hijos me dijeran que son "sinceros, leales y valientes". No creo que vayan a heredar imperios ni reinos, pero si desarrollan las virtudes de la sinceridad, la lealtad y la valentía, serán capaces de reinar en sus vidas, contribuyendo a mejorar su entorno. ¿Dónde hay que firmar?


25 comentarios:

  1. !Qué cuento más bonito!
    Gracias por compartirlo.

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  2. Gracias, Laura. ¿A que sí? A mí me encantó... y por eso he querido compartirlo. Me alegro de que te haya gustado. Besos!!

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    1. A mi también me ha encantado Mónica.

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    2. Es un cuento que no deja indiferente, ¿verdad? Más de uno debería haberlo leído hace tiempo, ¿a que sí? Gracias por compartir tu opinión, Carmen. Un beso.

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    3. me encanta estos tipos de libros que te hablan sobre la verdad

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  3. Precioso Mónica, me ha gustado mucho el cuento y es muy fácil de contar a los niños.

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  4. Hola Mónica, soy Montse. Mañana mismo se lo leo a mis chicos, gracias es muy cortito y muy directo!!

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    1. Me alegro de que sea útil. A mi me gustó mucho. Bueno, me encantará que nos cuentes qué dicen... Gracias, Montse!!

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    2. Mónica, me ha encantado. Un buen ejemplo para nuestros hijos justo ahora que parece más necesario con lo que nos ronda...

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    3. Gracias por tu comentario, Cristina. Me alegro de que te haya gustado. ¡¡A ver si lo aprenden y nos llenan de esperanza de cara al futuro!! Porque hay que ver cómo están las cosas...

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  5. Es precioso! Me encanta el cuento pero sobre todo lo útil que es y lo fácil de entender para todos, especialmente los más pequeños!

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    1. Sí que es útil, la verdad. Gracias por decirlo, que me encantan los comentarios!!

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  6. ¡Qué claro y preciso! Por supuesto que me gusta y ya lo tengo impreso para exponerlo en la casa a la vista de tantos pequeños que pasan por nuestra Alquería. Gracias Mónica

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    1. ¡Gracias, Azucena! La Alquería "educativa" la van a llamar. ¡¡Todo un honor para mi!!

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  7. Muchísimas gracias por este cuento tía. Yo me lo sabía parecido pero se me había olvidado. Me ha encantado poder volver a leerlo, y además, está contado muy breve pero intensamente, lo cual hace que sea fácil de seguir. Preciosa conclusión también.

    Gracias de nuevo, tu sobrino Miguel.

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    1. Gracias a ti por comentarlo, Miguel. Un beso, sobrino!!

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  8. Hola, os he conocido a través de Alejandro por el linkelin. Muy bonita web, me gustaria hacerme seguidora pero no veo el enlace . Bueno, un saludo desde www.aprenderjugandoenfamilia.com

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    1. Muchas gracias por tu interés en seguirnos. Ya está habilitada la opción para seguirnos. Si tienes algún problema, nos dices.

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  9. Hola, os he conocido a través de Alejandro por el linkelin. Muy bonita web, me gustaria hacerme seguidora pero no veo el enlace . Bueno, un saludo desde www.aprenderjugandoenfamilia.com

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  10. Qué cuento más bonito!!! Yo no lo conocía, pero, otra vez, me habla no sólo de sinceridad y valentía, sino de aceptar lo que uno es y tiene, no negarlo ni esconderlo.... La humildad,... otra vez!!! No jugar con las apariencias... Cuando leo estas cosas, siempre pienso que es cierto lo útiles, fáciles y bonitas que son para ayudarnos en la educación de nuestros hijos, pero, sobre todo pienso, en lo necesario que resulta aplicarlo en mi propia vida primero!! ME ha encantado, muchísimas gracias,
    Marian

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    1. Tienes toda la razón, también en eso nos enseña este cuento. Cuando no quiere ir al Palacio, avergonzado de sus malos resultados, su madre le recuerda que tiene que cumplir con sus compromisos, aceptando sus limitaciones, con humildad... Gracias por destacarlo, Marian. Un beso.

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