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Vivimos una época en la que las "nuevas" tecnologías están a la orden del día... Muchos de nuestros hijos... ¡¡no han conocido un mundo sin Internet!! Primer consejo: dejemos de llamarlas "nuevas" tecnologías.


Internet nos acostumbra a tener todo al alcance de un "click", a obtener la información estrictamente necesaria y suficiente para resolver una duda concreta que nos surge... Google nos contesta a casi todas nuestras preguntas...

Este fin de semana he ido con mi hija pequeña al cine y uno de los anuncios previos a la película mostraba cómo un padre iba resolviendo las abundantes e insistentes preguntas de su hija a lo largo de un apacible día juntos. ¿Un padre culto? No... lo hacía consultando en Internet a través de su teléfono "inteligente"... su teléfono era el culto...

No podemos pretender que las cosas sean como eran cuando nosotros éramos niños cuando nuestros hijos conviven con naturalidad con estas nuevas vías de comunicación e información... ¿Quién de nosotros no ha dicho alguna vez la injusta frase de "Yo a tu edad...". ¡¡Qué tendrá que ver nuestra época con la suya!!. Así que, segundo consejo: asumamos el cambio.

Pero... entonces... ¿no podemos transmitirles nada? ¿ha quedado obsoleto todo lo que hemos vivido y aprendido?

No, no, en absoluto. Pase lo que pase con los avances tecnológicos, según me ha dicho mi amigo Perogrullo, vamos a seguir siendo seres humanos. Y, por tanto, vamos a tener que seguir ayudando a nuestros pequeños a desarrollar las múltiples facetas de la persona (sus habilidades físicas, intelectuales, emocionales, sociales y trascendentes)... y nuestra experiencia es vital en este proceso.

Permanece el fondo, por tanto, pero cambian las formas. Debemos conocerlas y saber medir su impacto en la manera de llegar a ellos de manera eficaz. Ese es nuestro reto.

Y hoy, por ser el Día del Libro, centro mi reflexión en la lectura. Antes no teníamos videojuegos ni teléfonos "cultos". En la tele había dos canales y los rombos nos dejaban fuera de su oferta con más frecuencia de la que habríamos querido... Había menos ruido, menos estímulos multimedia... sin duda vivíamos en una atmósfera más propicia para la lectura.

Hoy navegamos por Internet y no estamos dispuestos a leer largos textos; necesitamos el soporte gráfico, el dinamismo, los links que nos ayuden a saltar de aquí para allá... Acostumbrados a enviar mensajes cortos, a sintetizar las ideas en no más de 140 caracteres...

¿Esta realidad nos debe llevar a asumir que no lean, que realmente el libro está a punto de morir? Creo que no. Pero quizás signifique que ya no basta con el ejemplo de los padres (esencial, por otra parte... no pretendamos que lean si no leemos).

Pensaba hoy en las campañas de animación a la lectura; todas hablan de lo maravilloso que es leer... pero parecen olvidar que...


Leer Exige Esfuerzo y Reflexión

Tercer y último consejo: recordemos esta frase. Si no tenemos en cuenta esta realidad, creo que estaremos enfocando de manera errónea la tarea de conseguir que se aficionen a la lectura. Y ellos se frustrarán cuando no consigan descubrir las maravillas de la lectura, al no saber que lo primero que tienen que aprender es a crear esa atmósfera propicia para la lectura, que hoy exige más renuncias que entonces...

Espero que esta frase nos ayude a comprender que leer en la era 2.0 requiere una voluntad mayor que antes... Quizás comprendiéndolo encontremos esa vía de acercamiento a nuestros hijos, allanando algo el difícil camino de crear en ellos afición por la lectura.

Me encanta el día del libro y confío en que los agoreros que anuncian su muerte, se equivoquen. Nosotros podemos ayudar si lo enfocamos desde un punto de vista más realista que idealista.
Os dejo, que me voy a leer un rato y necesito silencio...

PD: mi hijo me dice que me ha quedado muy larga esta entrada... quizás tenga razón... ¡¡PERO ME HA LEÍDO, y son más de 140 caracteres!!  ¡¡Bien!! Prometo ser más breve en la próxima entrada.



2 comentarios:

  1. Hola Mónica, estoy de acuerdo con tus reflexiones, pero me gustaría añadir que a pesar de que nuestro entorno actual reduce la utilidad del libro (la parte formativa e informativa está casi cubierta en su totalidad por google & Co), sigue estando totalmente vigente su función de trasladarnos en el tiempo, vivir aventuras, mostrarnos otros lugares...y eso es lo que hay que descubrir a nuestros hijos. A veces los míos me preguntan por lo que leo y les encanta que se lo cuente....de hecho me dejan leer un rato tranquila para que avance y poder contarles más. Y esto en verano, con tiempo, da lugar a ratos estupendos para compartir!!

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    1. Muchas gracias, Marian. Suena muy bien lo que cuentas. Están viendo en vivo y en directo cómo se disfruta cuando se lee. Eso les ayudará a vencer las dificultades de ponerse a leer entre tanto estímulo multimedia.

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